Si hay algo que caracteriza a Amak es su horizontalidad y el compromiso que tiene con su entorno. En Loreto, Amak Iquitos es un lodge de experiencias con visión social, ubicado en Santa Clara, a 32 km de la capital loretana. Como negocio, no solo genera fuente de trabajo o dinamiza el comercio de productos locales, sino que se preocupa por la mejora constante de su equipo y de las comunidades cercanas.

Pasar unos días en las cabañas de Amak Iquitos fue muy reconfortante en parte por el encanto de su personal, cuya sencillez, naturalidad y gran conocimiento de la zona nos ayudaron a sentirnos en casa aun cuando estábamos en medio de la selva. Conversamos con dos hombres clave para que nos cuenten el secreto de tanta amabilidad

Mirada social

En palabras de Jorge Aguilar Loarte, chef corporativo y formador de talentos de Amak Perú, “el objetivo es dar fuentes de trabajo dignos a personas de la zona, con capacitaciones constantes para empoderarlos en áreas que nunca antes habían conocido, pero sin que pierdan su esencia cultural”.

La idea –nos dice Jorge– es distinguirse de los modelos convencionales, con “un enfoque ecoamigable y social”. Detalla que la filosofía de Amak tiene que ver con la empatía hacia la naturaleza, el respeto al entorno y el desarrollo social, que se puede ver, por ejemplo, en el modelo gastronómico Kilómetro Cero, pero, también, en la formación de sus colaboradores.

Cuando comenzó a trabajar en Iquitos, Jorge Aguilar era un joven cusqueño que compartía la mirada social de la empresa incluso antes de llegar a esa ciudad. Eso hizo que pronto recibiera la confianza del gerente, Enrique Navarro, para ser el pilar de capacitaciones y el encargado de estandarizar la filosofía de Amak en el Valle Sagrado y en todas sus operaciones.

“Nuestro objetivo es empoderarlos y desarrollar los talentos que cada uno tiene. Así, su aporte hacia el objetivo colectivo de brindar experiencias únicas será aún mayor. Por ejemplo, Víctor Macahuachi es un claro ejemplo de crecimiento. Al principio trabajaba en mantenimiento, pero su nivel de compromiso hizo que, por iniciativa, aprendiera y ahora tenga más responsabilidades”, agrega.

Empoderamiento

Otro caso que resalta Jorge es el de Gelver Bocanegra, un guía loretano, descendiente de las antiguas tribus Yaguas que se asentaron en la comunidad de Timicuro Grande, muy cerca del lodge. Él comenzó en Amak Iquitos como personal de seguridad. Sin embargo, su curiosidad por aprender lo llevó a convertirse en el jefe de operaciones y logística. No pudimos conversar con Víctor, pero sí con Gelver.

“Amak me formó. Yo trabajé en la empresa anterior que había en este lugar y pude ver los dos tipos de negocio. Comencé como seguridad, luego le pedí al gerente Enrique Navarro, que nos capacitara para ser guías y él trajo un especialista para capacitarnos. En ese momento, yo solo hablaba español, pero tenía a favor todo el conocimiento sobre esta zona y mi entorno”, nos cuenta Gelver, quien ahora domina el inglés y ha desarrollado muchas habilidades hoteleras.

Gelver busca convertirse en un gran embajador cultural. “Para mí un embajador es aquel que enseña las culturas y tradiciones que cultivamos en estas zonas”, nos dice. Cuando fue formándose en Amak, un amigo lo convenció de estudiar, también, en un instituto, pero su madre enfermó y tuvo que detener sus estudios para cuidarla hasta su muerte. Tuvo que pasar un tiempo antes de que Gelver retomara su camino académico.

“En mi vida, he podido superar muchas cosas. Toda mi familia es oriunda de Timicuro Grande, y pese a las bajas condiciones económicas he podido superarme. Gracias a los conocimientos que adquirí en Amak, pude ingresar a estudiar en los primeros lugares. Sigo perfeccionando el inglés también. Y así he seguido logrando muchos de mis objetivos.

Crecimiento sin salir de casa 

Gelver va camino a ser uno de los administradores de Amak Iquitos y ello se da gracias a la confianza que genera la filosofía de Amak sobre sus colaboradores. Jorge Aguilar nos cuenta que el mismo caso pasó en Cusco, “donde una mujer que comenzó a trabajar como housekeeping ahora es la encargada del hotel”.

“Tanto Gelver como Víctor son autoridades en sus comunidades –nos dice Jorge–, tienen una vida establecida acá y han demostrado que pueden desempeñar el mismo trabajo y la misma calidad de servicio que un profesional venido de la ciudad. Entonces por qué, si dan la talla, no darles la oportunidad de que se queden como cabezas. A eso le llamamos gobernabilidad”.

Y agrega un dato importante: “Estas oportunidades permiten que el morador local no tenga que dejar su comunidad o separarse de su familia e irse lejos para encontrar un trabajo digno”.

Desarrollo comunitario

Según nos comenta Jorge, en Amak Iquitos ha sido fundamental trabajar el autoestima para tener colaboradores empoderados, para que “que no se sientan menos, y sepan diferenciar entre servicio y servidumbre”, detalla.

Y es cierto, durante los paseos y actividades programadas por el lodge fue muy placentero conversar con su personal, que nos contaba detalles únicos de sus comunidades y de la vida en la selva. Era como viajar con amigos.

“Logramos que sientan libres de dialogar directamente con los pasajeros, a diferencia del modelo jerárquico de otros hoteles. Eso hace que la experiencia en Amak sea más real o vivencial”, nos dice Jorge. Para él, el impacto que esta filosofía tiene en las comunidades aledañas ya es visible.

“Desde que llegamos hemos visto a las comunidades más unidas y menos desconfiadas con nuestro trabajo. Ven que esta es una oportunidad no individual sino colectiva. Cuando llevamos a nuestros visitantes se preocupan por tener bonitas sus casas y se sienten más orgullosos de cómo viven, eso los motiva a mantenerse mejor”.

En el ámbito personal, el impacto es mayor. “Es bonito ver el crecimiento de los trabajadores que pasan por Amak”, nos dice Jorge el mismo día en que Gelver nos cuenta de sus futuros proyectos.

“En un futuro tengo la intención de construir un lodge, ya tengo algunos planos, tengo los conocimientos, lo que estoy buscando es el lugar, tiene que ser un lugar que no se inunde demasiado, una restinga. El objetivo es mantener la filosofía de Amak. No se trata de aprovechar, sino se trata de contribuir. Eso sí lo llevo en mi ser, y la vocación de servir, ser humilde, siempre”.

Adaptarse a la naturaleza

Una de las ventajas de haber crecido cerca de las cabañas de Amak Iquitos es que el morador local, además, sabe leer la naturaleza y tiene mayor capacidad de adaptación. A Jorge le costó un par de años conocer y entender algunos caprichos del clima de la Amazonía, pero sabe que hay una brecha grande para alcanzar los conocimientos que tiene Gelver o Víctor en estos temas.

Gelver nos dice que incluso para él es un reto diario organizarse y adecuarse a las alteraciones del clima. “El objetivo es lograr que cada pasajero se sienta feliz con nuestro servicio. Pero hay que adecuarnos día a día, porque el tiempo aquí es impredecible. Es parte de la realidad amazónica”, confiesa.

Fotos y texto: Claudia Ugarte
INFOTUR LATAM
www.infoturlatam.com

https://infoturlatam.com/la-apuesta-de-amak-iquitos-por-el-talento-local/